EL
CINE Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS
Autor:
NELSON RENDÓN GARRO
marioelerrante@gmail.com
La
noticia está enfocada al efecto, a lo que sucede en un instante dado. El hombre
que fue asesinado en una calle de Soacha a las dos de la mañana respondía al
nombre de Gonzalo Medina. Ya la policía está investigando los móviles de este
crimen. A veces se describe la brutalidad de los homicidas o se muestra el
vídeo de una cámara de vigilancia. El efecto produce en el televidente una
alteración momentánea; se impresiona por la atrocidad del crimen, pero, con el
paso de los minutos, se va olvidando para prestarle atención a la noticia
siguiente. La investigación policial se reduce a la causa, al porqué de este
crimen; lo mataron por robarle el celular o por un lío de faldas. Lo anterior
basta para dictar sentencia en caso de que exista algún acusado.
Los
noticieros presentan el día a día; ellos no tienen tiempo de profundizar en un
hecho para darle una explicación. Existen programas especializados, como
Séptimo día o El Rastro que se centran en un hecho y buscan sus causas y sus
actores, pero este es un formato de la televisión que está más cercano al
reportaje y al periodismo investigativo que al cine. En Perro come perro, del director Carlos Moreno, el efecto principal
es la picada del mellizo con la motosierra. Dramáticamente, este hecho es
construido desde el agresor; se le lleva hasta ese momento, en el que debe
demostrar su inocencia. Pero, desde el punto de vista de la víctima, se falla
en la dramaturgia; los mellizos también son bandidos, lo que no crea en el
espectador una conmoción mayor; se está matando entre los mismos
narcotraficantes, gente que no vale nada.
Un
reportaje sobre el asesinato de Soacha podría analizar la criminalidad. Con cámara al hombro se
entrevista a dolientes de las víctimas y a habitantes del sector, y también se
presentan estadísticas de la policía. El reportaje informa y conmueve de una
manera general a los espectadores. Pero el reportaje no es el cine, aunque sí
puede hacer parte de este como recurso narrativo; en La estrategia del caracol, del director Sergio Cabrera, es el
reportaje el que encadena la narración de los hechos en la casa que es trasladada
a otro sector.
La
dramaturgia penetra en lo específico; particulariza unos personajes y unas
acciones y traza un camino para llegar al efecto; esto es, monta un drama en
torno a una acción culminante. El guionista que va a contar la historia de Gonzalo
Medina se devuelve desde la acción (la muerte violenta) para averiguar, no
solamente las causas de esta muerte, sino la vida del personaje y la de los que
lo mataron. De esta manera penetra en lo íntimo de la historia. El espectador
se identifica con la historia y se conmueve por largo tiempo; eso que le
sucedió a otro, le habría podido suceder a él. Penetrar en la historia es
acercase a lo humano, a las emociones. Gonzalo Medina es el padre de una bella
niña que está en el preescolar; este dato establece en la historia una pérdida;
el hombre que muere asesinado se convierte en dolor para la pequeña Lina que
deberá crecer sin un padre. El guionista podría construir su relato desde el amor de un padre por una hija
para que la muerte no se reduzca a un disparo a alguien desconocido. El
espectador quiere conocer a quién le sucede qué, cuándo, dónde y por qué, y
estas son las preguntas que debería responder todo guion antes de llegar a la
puesta en escena.
Es
importante diferenciar la noticia y el reportaje de lo que es la historia cinematográfica.
Muchos no lo hacen y se dejan llevar por el efecto, lo que se puede ver en
películas llamadas de acción. Se traza un hilo conductor, se coloca a un héroe
que va a resolver la trama y el resto consiste en llenar una franja de tiempo
para tener un largometraje repleto de peripecias, pero no de drama. Volviendo a
Perro como perro; supóngase que
existe un mellizo bueno y uno malo, que los narcotraficantes se confunden y
hacen picar al bueno. Aquí se estaría creando una dramaturgia que va a penetrar
en el espectador para permanecer por largo tiempo; lo que esos tipos cometieron
fue una injusticia. El crimen se convierte en un hecho atroz que es necesario
repudiar. El espectador se pone de parte del mellizo, pero como está contada la
historia, el espectador es un testigo neutro, que solamente ve cómo se matan
los narcotraficantes, gente ajena a él, que no lo es, que es bueno. Si
existiera un mellizo bueno y un malo, la gente tomaría partido por uno de los
dos. El efecto también podría ser mayor si la mujer y la niña del agresor
hubieran estado presentes en la picada del mellizo, pero esta subtrama, que es
la principal porque penetra en la vida del protagonista, no es desarrollada de
una manera visual durante toda la historia.
La
influencia de los medios de comunicación ha estado creando en las historias
colombianas un cine vacío, que repite los mismos clichés de la violencia
colombiana, pero que no va más allá de conmover porque a esa pelada se la
llevaron para la guerrilla y por allá quedó embarazada. La historia conmueve,
no por su sustancia, sino por la forma en que es contada, por la dramaturgia
que encadena las acciones. La tragedia y la comedia son los dos géneros
principales de las narraciones, pero estos funcionan si están enfocados a matar
al espectador con un hecho violento o a hacerlo morir de la risa. El espectador
que entra en una sala de cine no puede salir sin despeinarse; él tiene que
sentir la historia que se le muestra, la tiene que interiorizar. Si la forma de
la historia no conmueve al espectador ha sido un fracaso y la película estará
destinada a durar unos cuantos días en cartelera y en la mente de los
espectadores.
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