miércoles, 27 de mayo de 2015

TRAVESÌA, documental LA SABIDURÌA DEL OFICIO


 

 

 

 

TRAVESÍA

De ALEXANDER GONZÁLEZ TASCÓN

LA SABIDURÍA DEL OFICIO

 

 

Autor: NELSON RENDÓN GARRO*


 

El documental es un género aparentemente amplio, que brinda infinitas posibilidades de realización. Esto lleva a que muchas veces los documentalistas se relajen y tomen el camino del facilismo que consiste en dejarle a la cámara la responsabilidad de contar, algo que esta no sabe hacer porque únicamente se dedica a registrar la mirada de alguien que está detrás. Si a la cámara se le abandona, la mirada desaparece y la realidad se ve como lo que es, un caos que no tiene principio ni fin, ni avanza en busca de algo. Colocar la cámara en cualquier lugar, como una simple espectadora, produce imágenes mudas, que no hablan. El documentalista echa mano del contenido, esa parte de la obra que no significa nada, si no cuenta con el ropaje de la forma, para llenar un formato de cincuenta o noventa minutos.

Hay documentales de contenido y documentales de forma, pero existe un tercer tipo que integra a los dos anteriores en la narración de una realidad. El documental va más allá de un simple registro; su contenido está sujeto a una mirada que se ingenia una forma para narrar y describir partiendo de una intención. Desde la primera infancia ya el niño está apropiándose de un punto de vista y este evoluciona gracias a nuevas experiencias y mucho estudio. El documentalista es un estudioso de su arte de ver la realidad; analiza los diferentes documentales para acercarse a su mundo con una mirada amplia que le permita descubrir la complejidad de lo específico; puede ser una comunidad ancestral del Amazonas o los habitantes del barrio París, en Medellín. La mirada o punto de vista es una postura que no debería asumirse como intervención de la realidad, sino como manera de ver, de encontrar un hilo narrativo que cuente sin las impurezas de las ideologías impuestas. Una mirada limpia revela, igualmente, un punto de vista único, un estilo de narrar.

Travesía, de Alexander González Tascón, pertenece al tercer tipo de documental. El grupo de hacheros que se interna en la selva para cortar madera. El metal y la madera en el hacha que el hombre de raza negra empuña para derribar los árboles viene de un pasado remoto de la humanidad; la edad de la madera y la edad del hierro, las que se juntan con la era del celular, la tecnología digital, para que los cortadores se comuniquen desde la selva con la ciudad. Hasta aquí no ha sucedido nada, pero si las imágenes construyen una poética con los árboles que se divisan en el firmamento, se balancean y caen a la tierra, entonces la mirada del espectador encontrará una postal que lo cautive. La edición de las imágenes no solamente tiene en cuenta la linealidad, sino la poética que se pueda crear con estas. Los contraluces, los paisajes de atardeceres, la inmensidad de la selva y del río, se conjugan con el oficio de los hombres y el de la mujer; ella se ocupa de preparar el alimento en la balsa.

La narración de este documental, porque es narración y no un simple registro de la realidad, se vale de dos recursos: el visual y el verbal; el primero se destaca por la limpieza en el encuadre; son imágenes bien concebidas, pensadas por el realizador que está detrás de la cámara, para describir el esfuerzo del cortador de madera y los rostros que sudan por la ardua tarea. La edición de estas imágenes crea una narración fluida y atrayente; se combinan los diferentes planos para dar la sensación de una épica, la labor titánica del hombre en su lucha con la naturaleza. El segundo recurso es el verbal; los mismos protagonistas cuentan o, mejor, enseñan, de una manera didáctica, el trabajo de cortar y transportar la madera por el río. El espectador aprende lo que la imagen no le puede mostrar, los secretos del río con sus bancos de arena y sus zonas profundas para maniobrar la balsa, ayudados por largos palos remeros que empujan apoyándose en el lecho del río. Este discurso directo, que no es intervenido, da a conocer también el lenguaje de los cortadores, pero sin caer en el barroquismo de los argots. En ningún momento el espectador naufraga en la búsqueda del entendimiento de lo que se dice; la sencillez de las palabras y las indicaciones a la cámara sobre el recorrido que se está haciendo, llevan a balseros y espectadores hasta su destino. El relato verbal no detiene la narración visual; las dos se unen en el viaje por el río, en esa balsa elemental que, en pleno siglo XXI, remonta la nostalgia a los primeros navegantes. La balsa es el producto para ser vendido, pero también, un medio de transporte que los regresará a Buenaventura.

El oficio de los cortadores de madera da la posibilidad de un trabajo previo; se planea y luego se procede a realizar; esto es una ventaja porque permite controlar aspectos como la fotografía, el sonido y la narración. En Otros documentales, de sucesos fortuitos, el documentalista está obligado a registrar lo que se presenta en el momento para después editar las imágenes. Es el caso de documentales sobre una guerra o una catástrofe natural. La misma realidad contiene los recursos narrativos para ser contada, pero el documentalista los debe descubrir, y lo hace desde su punto de vista. Travesía se vale de una narración lineal, cuya espera de la lluvia no la interrumpe porque también pertenece al oficio, está inserta o hace parte de la misma tarea. La mirada se detiene en los rostros que anhelan la llegada de la lluvia; puede ser una espera de días, pero no hay otra posibilidad para transportar la madera. Hombre y naturaleza están unidos, son uno solo, pero el hombre tiene la facultad de entenderla. El hombre toma de la naturaleza y esta le brinda, no solamente los árboles, sino la lluvia que llena los caños para que empujen los árboles corriente abajo. El río aparece en su serena inmensidad y ellos construyen la balsa con bejucos y varas.

La sabiduría, esa que hace estirar el cuello a los académicos, no solamente existe en los libros y las universidades, sino que está presente en el hombre y su relación con el entorno, y no depende de una escritura; la misma oralidad va transmitiendo el conocimiento para que permanezca y evolucione. Este es un documental sobre la sabiduría del hombre dentro de un oficio específico que le permite derivar su sustento. Los libros fijan la información, pero la verdadera sabiduría se encuentra en el hombre y su hacer. Por esto se forman las diferentes culturas; en otras regiones, los cortadores de madera se valen de motosierras y de grandes máquinas para mover los troncos. En este documental, únicamente se cuenta con el hacha, la lluvia, el río y el mar. Los cortadores de madera han estudiado los ciclos de la lluvia y de los soles, y en su memoria conservan el mapa del río para orientarse. La sabiduría es propia de cada hombre, de cada comunidad, y, aunque está presente en la vida diaria, se convierte en novedad para el espectador de una cultura diferente.

Dos caminos que se pueden recorrer: el del facilismo y el de la rigurosidad. Para el primero no se necesita llevar el equipaje del saber; bastará con que tenga disponibles una cámara y un micrófono, y cargue consigo algo con qué entretenerse mientras la cámara realiza su oficio. La rigurosidad implica mirar hacia adentro, encontrarse con uno mismo, con la mirada de la experiencia, para leer y entender, no desde los ojos, sino desde una postura personal que invite a reflexionar y a trascender hacia la poética de la realidad; es decir, la construcción de un discurso visual y verbal que muestre la belleza; de esta manera, el espectador, no solamente se va a instruir, sino que disfrutará una obra de arte.

Travesía es un documental que está destinado, por su concepción rigurosa, a permanecer en el tiempo. Siempre que se estudie el documental en Colombia, será un referente obligado. El documental, no solamente es un producto, sino una lección para aprender en la academia. Lo clásico es lo que sobrevive en el tiempo, y lo logra, desde una forma que envuelve al contenido y lo hace atractivo, no lo deja perecer en la anécdota desnuda. En Travesía está presente el oficio de los cortadores de madera, pero también se advierte el oficio riguroso del documentalista. Qué bueno sería que este documental estuviera disponible en las universidades que ofrecen carreras sobre el audiovisual, que se estudiara a fondo y fuera un ejemplo de cómo se trabaja para mostrar la belleza de la sabiduría humana.

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*NELSON RENDÓN GARRO. Nació en Colombia, en 1960. Es Licenciado en Educación: Español y Literatura, y Magíster en Literatura Colombiana, de la Universidad de Antioquia. Ha sido finalista en cuatro concursos nacionales de cuento. Publicaciones: El acontecer de los arrieros, Los de siempre, El relevo, El último travelling, La promesa, Un relámpago de viento, Soñaba ser como Aristi y La vuelta.

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