El
eje de la trama en
UNA
HISTORIA DE VIOLENCIA
de
DAVID CRONENBERG
Autor:
NELSON RENDÓN GARRO
La apacible vida en un pueblo
se rompe cuando dos asaltantes entran a un café e intentan violentar
a una empleada. El protagonista interviene y, de una manera violenta,
logra matar a los asaltantes. La noticia es presentada en los
noticieros de la televisión y en los periódicos, y el protagonista
se convierte en un héroe nacional que también es admirado por los
vecinos y su propia familia. Sin embargo, el hecho violento
sorprende, abre una incógnita porque viene de una persona pacífica;
él es un padre de familia trabajador y responsable; vive en las
afueras con su mujer y sus dos hijos: una niña y un adolescente que
estudia la secundaria.
Como la noticia de este hecho
traspasa las fronteras del pueblo, porque es difundida a nivel
nacional, los antiguos enemigos del protagonista se dan cuenta en
dónde se encuentra y viajan para saldar viejas deudas de sangre. El
enemigo no solo quiere vengarse, sino desenmascarar su vida pasada;
con sus amigos entra al café y llama al protagonista por su nombre
verdadero; este se hace el desentendido, pero su mujer empieza a
dudar; ya no está muy convencida de la buena reputación de su
esposo. En un centro comercial, el enemigo le revela a ella la
verdadera identidad del protagonista. Luego lo persigue para
obligarlo a volver a Philadelfia; le secuestra a su hijo y se lo
lleva a la casa; allí se produce un enfrentamiento violento en el
que también interviene el hijo del protagonista porque se ve
obligado a evitar que su padre sea asesinado. El protagonista no
encuentra otra solución que la de viajar para enfrentarse con su
propio hermano; después de matarlo regresa a la casa y se reconcilia
con su familia. La historia parece decir que a los enemigos hay que
matarlos para no tener más problemas en el futuro. Esta es la
sinopsis de la película de Cronenberg.
Aparentemente esta es una
historia cualquiera, pero si se penetra más profundamente se
descubre que va más allá de la violencia cruda y sin sentido. El
enfrentamiento con los enemigos produce el conflicto familiar; la
esposa y el hijo cuestionan al protagonista porque, verdaderamente,
no saben con quién están compartiendo la vida. En un principio, él
niega, no quiere que su familia se entere de su pasado, pero luego
trata de hacerles entender a su esposa e hijo que ha cambiado y ya es
otro.
La trama de Una
historia de violencia
gira alrededor de un eje violento. El hijo tiene problemas en la
secundaria con otro estudiante; este lo provoca hasta que lo obliga a
enfrentarse a los golpes. La violencia de estos dos adolescentes se
extiende en el hijo cuando se ve involucrado en los problemas de su
padre; le echa mano a la escopeta y mata a uno de los enemigos. Es un
momento límite, trágico; se ha manchado las manos con sangre, él
que es una persona buena. La mujer del protagonista inicia un juego
amoroso, de adolescentes, con su marido; se viste con una minifalda y
lo seduce para hacer el amor; los dos, entre risas, se tiran a la
cama y juegan y se aman, pero más adelante esto se convierte en una
relación conflictiva cuando los dos discuten y, finalmente, de una
manera violenta, terminan haciendo el amor en las escaleras que
llevan al segundo piso. Se muestran cansados, tanto física como
moralmente; ella no concibe que la vida apacible se haya vuelto
pedazos; él está deshecho, no encuentra cómo evitar que su pasado
destruya el presente que ha ido construyendo de una manera decente.
La relación de la mujer con
el esposo y la del hijo con el padre desembocan en la violencia desde
un hecho que, aparentemente, no reviste ninguna gravedad; por el
contrario, ha convertido al esposo y padre en un héroe nacional. La
trama parte de una situación en calma: el hombre que va a su
trabajo, el hijo que se dirige al estudio y la mujer que mima a su
pequeña hija. Aparece el hecho violento que rompe, que acaba con la
tranquilidad, que hace girar la historia en otra dirección. La
situación del protagonista empieza a empeorar desde dos ángulos:
por una parte está la llegada de los enemigos y, por otra, debe
conservar su normalidad familiar. El enfrentamiento con estos
enemigos en la propia casa es un hecho que obliga al protagonista a
tomar una decisión porque ya su familia está destruida por la
violencia; él deberá retornarla a la calma, pero para lograrlo
tiene que saldar las deudas del pasado. He aquí los tres actos de
esta trama: la situación en calma, el conflicto con los enemigos y
la propia familia, y el viaje para terminar de resolver lo que había
dejado inconcluso en Philadelfia. Cuando regresa a su hogar, su
pequeña hija le dispone los platos en la mesa para que, nuevamente,
la familia se reúna a cenar.
En la Poética,
de Aristóteles, dice que si el conflicto se produce entre hermanos o
familiares, se torna más lastimero, es más intenso que si se
produjera entre enemigos y neutrales. En Una
historia de violencia
el conflicto es más intenso porque penetra en la vida familiar y la
destruye. No es la violencia entre enemigos, únicamente, sino
aquella que se produce al interior de la familia la que obliga a la
búsqueda de una solución. Matarse por matarse, por una venganza, es
la historia exterior, pero la interior, la de la familia, aunque no
hay armas que disparen, se convierte en un enfrentamiento de carácter
moral. Fuera de esto, su conflicto exterior es contra un hermano;
este lo intenta matar; él tiene que defenderse y darle muerte. La
acción interior (la familia) y la exterior (contra el hermano) son
más lastimeras, según Aristóteles. En conclusión, la trama, fuera
de cumplir con la estructura en tres actos, también acoge esta
característica del enfrentamiento entre familiares, estudiada por
Aristóteles en su Poética.
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