viernes, 24 de febrero de 2012

La cara oculta, un umbral a lo contemporáneo

LA CARA OCULTA
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EL UMBRAL A LO CONTEMPORÁNEO
Autor: NELSON RENDÓN GARRO
nelson.rendonga@hotmail.com
La historia. Adrian, un joven director de orquesta, viaja con Belén, su novia, de Barcelona a
Bogotá para dirigir la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Adrian se la juega con Verónica,
una violinista de la filarmónica; Belén lo descubre y decide ponerlo a prueba
abandonándolo; en su carrera por esconderse en el refugio de la casa se le cae la llave y
queda encerrada. Adrian se consigue de novia a Fabiana, una camarera, y también sigue sus
amores con la violinista. Fabiana se da cuenta que Belén está encerrada y decide liberarla,
pero se arrepiente en el último segundo; cuando se da cuenta que Adrian se la juega con la
violinista, entra en el refugio; Fabiana finge que duerme; abre los ojos y la golpea con una
botella; regresa a Barcelona y Fabiana queda encerrada. Esta es la historia de La cara
oculta, película del director Andi Baiz.
La trama. Belén abandona a Adrián; este conoce a Fabiana e inicia un romance; Fabiana
siente ruidos en la casa y se asusta. Adrián va a reconocer un cuerpo en la fiscalía, pero no
es el de Belén. Adrián y Belén viene de Barcelona; alquilan la casa; Fabiana descubre a
Adrián con Verónica; le cuenta a la dueña de la casa; esta le suelta el secreto del refugio y
la incita para que le dé una lección a Adrian; Belén se decide, hace las maletas y,
supuestamente, abandona a su novio. Se repite el primer acto, pero desde la mirada de
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Belén, quien ve cómo Adrian la cambia por Fabiana. Aquí se resuelve el primer problema
planteado para todos, la desaparición de Belén. Fabiana se comunica con Belén e intenta
liberarla; mientras tanto Adrián está en el anfiteatro reconociendo un cadáver (tiempo
simultáneo dividido en el primer acto y el segundo, en el cual solo se muestra lo que hace
Fabiana) Fabiana descubre que Adrián la traiciona con la violinista y decide liberar a Bélén;
esta le pega un botellazo y la abandona encerrada; Belén le deja la foto y las llaves a Adrián
y se regresa a Barcelona. En el clímax se alterna el ensayo de orquesta con la liberación de
Fabiana; la música es el contrapunto de la acción que se está desarrollando en la casa. La
trama empieza en un punto intermedio, la partida de Belén, y luego se devuelve para pasar
de nuevo por el primer acto y avanzar hacia la solución del conflicto. Se manejan varias
simetrías; por amor, Emma, la dueña de la casa, vino a América con su esposo; lo mismo
hizo Belén; Adrian le es infiel a Belén y a Fabiana con la misma mujer; en tiempo
simultáneo, Adrian va al anfiteatro a reconocer el cadáver mientras Fabiana encuentra a
Belén atrapada en el refugio. La llave pasa de mano en mano; de Emma a Belén; de esta a
Fabiana y, por último, Belén se la deja a Adrian, pero el espectador jamás podrá tener la
llave para liberar a Belén y Fabiana. La primera víctima de Adrian es Belén y su condición
se agrava con el encerramiento; el espectador se solidariza con ella; luego Fabiana también
se convierte en víctima y ya el espectador la acompaña en la liberación, pero ambos reciben
el golpe en la cara.
El misterio no es sobrenatural, no viene del más allá; ni hay sangre, ni cadáveres, ni
calaveras en armarios; se resuelve con una explicación real, y lo que agarra es el suspenso
que se produce mediante una información progresiva; en el primer acto, el espectador,
adrian, Fabiana y la fiscalía no saben nada de Belén; luego el espectador se da cuenta del
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problema de Belén, pero no puede hacer nada; aunque el cine es la vida en movimiento, el
mundo de la butaca es diferente al mundo proyectado en la pantalla; cuántas heroínas se
han muerto y nadie, en ninguna sala del planeta, ha podido pararse de la butaca para
salvarlas. En el segundo acto, aparece la esperanza para Belén y el espectador; en un
principio, Fabiana sospecha que hay un fantasma en la casa, pero el encuentro de la llave
empieza a clarificar la situación; Fabiana está dentro de la película y ella podría liberar a
Belén. Al final, el único que no queda sabiendo lo que pasó con Belén es Adrián, quien
también deberá enfrentarse a la desaparición de Fabiana.
Los personajes se presentan de una manera precisa; Adrian es un director de orquesta;
Belén diseña zapatos; Fabiana es una camarera. A cada uno de estos se les muestra en su
oficio, pero sin desviarlos de la trama; por ejemplo, cuando belén va al taller de zapatos,
por ahí derecho se dirige al teatro y sorprende infraganti a Adrian. No se entra en detalles
para dar más información sobre los personajes; en el desarrollo de la trama cada uno
muestra lo que es en relación con el amor; Adrian es infiel; Belén es celosa; Fabiana es una
oportunista; Verónica es un personaje neutral, pero determinante. El personaje Belén es el
más exigente porque constantemente cambia de la esperanza a la desesperanza; de la
emoción por el amor de Adrián, cuando le lleva flores, al desencanto porque este se
consigue una nueva novia y se desentiende de ella. Los personajes establecen una relación
de acción-reacción; Adrian le es infiel a Belén; está reacciona haciéndole creer que lo
abandona; a la vez, Adrian reacciona y ella trata de calmarlo, pero no puede; se le cayó la
llave. Esta relación se maneja mediante los cambios de planos; Belén observa desde el
refugio a Adrian, cuando llega con las flores; cada acción de él es una reacción gestual de
Belén.
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La trama se desarrolla en dos ciudades: Barcelona y Bogotá; en la primera se ve la calle, el
apartamento y la playa; en Bogotá está la casa, el teatro y la taberna. Adrian y Belén
montan el bicicleta por una calle de Barcelona; cuando están en el apartamento, Adrian le
cuenta del viaje y la convida; ella acepta. En el desenlace aparece el mar; Belén sentada en
la playa, en la ciudad de Barcelona. En Bogotá, la taberna es el negocio donde trabaja
Fabiana y en el cual se conoce con Adrian. En el teatro se producen los conciertos y los
ensayos, y se da la infidelidad con la violinista. Pero la casa se constituye en el principal
escenario; en esta vivienda se produce el conflicto mayor, el hecho de que Belén se quede
encerrada; ella, simplemente, quería darle un susto a Adrian, pero la situación se le
complica; Belén se exaspera, se siente impotente frente a lo que sucede en la cama y el
baño. La casa se ubica con dos planos; uno de ida y otro de regreso, y como referente o
señal está la peña en la carretera, como en Fargo, la estatua que está entre las dos ciudades.
En la mayoría de las películas de terror aparece la casa construida sobre un cementerio
indígena o en la cual sucedió una masacre, o alguien murió y desea tomar venganza contra
los nuevos inquilinos. Por lo regular cuentan con un ático o el sótano, lugares lúgubres que
guardan el misterio; es común ver a la niña que sube al ático a jugar con el niño fantasma; o
la mujer que baja al sótano porque escuchó algún ruido. En La cara oculta la vivienda
cuenta con el refugio construido por un oficial nazi; su principal característica consiste en
que quien está adentro escucha y ve todo lo que sucede en el baño y la habitación, pero los
del exterior no conocen el refugio, ni sienten lo que sucede en este.
La cara oculta no se desvía, no distrae al espectador mostrándole escenarios gratuitos,
dándole un tour por la ciudad de Barcelona o por Bogotá; no se muestra el Mediterráneo ni
determinada catedral europea; tampoco se sube a Monserrate o se explica cómo se prepara
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el ajiaco. Los espacios mostrados están insertados en la trama; nada de descripciones
gratuitas; Belén acepta viajar con Adrian a Bogotá e inmediatamente aparece este
dirigiendo un concierto; si en el viaje de Barcelona a Bogotá no sucede nada, para qué
mostrarlo. La misma economía se da cuando Adrián va a la fiscalía; se sale de la casa en el
campo y se entra a otro espacio, donde está el cadáver. Belén alquila la casa e
inmediatamente organizan su equipaje; no hay contrato, no hay más qué decir. La
información sobre las dos ciudades es la indispensable para ubicar al espectador; la
orquesta y el teatro en Jorge Elieser Gaitán en Bogotá, y la panorámica de la ciudad de
Barcelona con la costa del Mediterráneo. Si alguien desea conocer estas dos ciudades para
eso está el internet, la televisión, la prensa, los libros, pero aquí se trata de narrar una
historia; en un mundo repleto de información visual ya no es necesario demorarse en
descripciones. Habrá otras películas cuyo objetivo central será el de mostrar determinada
región y esto mediante una descripción de costumbres y del paisaje; por ejemplo, la cultura
indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta o un poblado en la alta Guajira. La cara oculta
es narración pura, de principio a fin; la atención está dirigida a la solución de un conflicto,
cuya traición se trata de una manera muy sutil, sin excesos o escenas extravagantes;
Verónica toca en la filarmónica, luego habla con Adrian después del concierto; después se
le encuentra en la oficina tomando whisky con Adrian, pero entre esta mujer y Belén no se
producen enfrentamientos bochornosos. Al cabo del concierto, al que asiste Fabiana,
Verónica pasa de largo y la mira; más adelante es el policía el que le lleva las fotos a
Fabiana; en estas aparece Adrian con Verónica en escenas comprometedoras.
Los medios masivos de comunicación no solo dirigen la mirada de los televidentes
comunes, sino que también influyen en las creaciones artísticas; la avalancha de
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información sobre conflictos armados en la televisión, la radio, la prensa y el internet cierra
los caminos y limitan la mirada, la reduce a la víctima y el victimario; se siente lástima por
ese personaje que sufre la persecución o el desplazamiento forzado; el espectador se
solidariza y el cine se ocupa más de conmover por el sufrimiento que por cautivar con una
propuesta narrativa y visual. El otro extremo del cine concentra la mirada en el poder; la
fuerza de un hombre que defiende a la humanidad, que libera a los débiles de la opresión
del terrorismo. Esto ha hecho que predominen dos tipos de cine construidos sobre los
débiles y los héroes; el primero es muy provechoso para ganar premios de lástima en los
festivales; La lágrima de bronce, por ejemplo; el segundo ha servido para atesorar grandes
fortunas mediante los marketing y los estrenos simultáneos.
El cine colombiano ha querido liberarse, avanzar hacia propuestas que cautiven al público
internacional, que sean vistas en cualquier lugar del mundo. Se ha creído que realizar
películas de género es una alternativa y también se han copiado las persecuciones en autos,
los tiroteos y las explosiones de las series y las películas norteamericanas; ha habido un
afán por aprender a incendiar un auto o mostrar a un hombre que sale ileso de una
explosión. Se piensa con lo anterior que ya se está saliendo del anonimato, que se va a
obtener reconocimiento internacional y buenas taquillas, pero todavía hay que ir más allá,
hacia la diversidad de temas para tratarlos de una manera única y cinematográfica.
No se trata de aplicar las características del género a una historia; más bien se les construye
en la historia y se les desarrolla tratando siempre de aportar nuevas variantes; los géneros
no son estáticos; se van dinamizando a medida que las historias evolucionan con las
culturas. El género por sí solo no hace universal una obra; muchas veces la convierte en un
producto más del mercado. Lo universal en una historia se logra con un acertado
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tratamiento de los temas; cuando el espectador se conmueve por la fotografía o por la
intensidad de la historia o por el suspenso que produce la trama. Las pasiones humanas,
como la tristeza, la alegría, la nostalgia, deben ir vestidas con un ropaje; decir más allá de lo
obvio, con un diseño de planos o una música que armonice con las acciones.
La cara oculta es una película que logra liberar al cine colombiano de esa manía por copiar
lo foráneo y encasillarse en temáticas repetitivas; esta película abre el umbral para acceder
a una nueva propuesta; de una manera inteligente desarrolla una trama que progresa en
intensidad, que sostiene al espectador mediante simetrías progresivas (buscar a Belén;
seguir al hombre que ama) y cíclicas (la llave pasa de mano en mano). En otra época se
creía que una historia requería de una ubicación en un tiempo político, social o de conflicto
armado; había una serie de prejuicios que le colocaba trabas al guion, además de limitarlo;
eran comunes las preguntas por lo que estaba pasando en el momento de la historia o cómo
era la ciudad en esa época; esto llenó de clichés el cine; el periódico con una fecha y una
noticia, por ejemplo; o el desfile del día de la independencia en los Estados Unidos. La cara
oculta opta por una narración contemporánea, en la que importa más la creación de una
trama centrada en el conflicto de los personajes, y no en los problemas de los entornos. Por
fin, esta película rompe, rasga el pasado, el creer que la obra sirve únicamente para
universalizar la aldea o como denuncia social o de lo que está pasando en un país; con esta
película se inaugura o se abre el umbral a una nueva propuesta de hacer cine, no para unos
cuantos, sino con una narración limpia que llega a todos los espectadores en el mundo; lo
verdaderamente universal es la manera de contar.
Pero La cara oculta no es una película para copiar; se tiene la tendencia a hacer lo mismo
siempre, a seguir caminos ya transitados; hay que poner a trabajar la imaginación y el
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intelecto para ir más allá, para trascender lo ya hecho. Los temas abundan en todas las
culturas: la soledad, el egoísmo, la amistad, la traición, la hospitalidad, la muerte, la
ternura, la tristeza, la alegría. Con esta película de Andi Baiz se prueba que es posible
lanzarse en busca de un cine que agrade y atraiga a públicos diversos, tanto al que va a
entretenerse un rato, como a aquel que le interesa profundizar en aspectos artísticos de una
película. El arte cinematográfico construye un lenguaje diferente al televisivo; La cara
oculta es cine, no televisión; el excelente manejo de planos, la música, la ubicación
espacial, la magistral actuación de Clara Lago y los recursos subjetivos tomados del género
de terror lo demuestran en cada escena. En muchas películas del cine colombiano se nota
que es difícil pasar de la televisión al cine; es necesario estudiar este arte desde sus inicios,
apropiarse de su lenguaje narrativo para poder contar historias que interesen, que se
diferencien de las telenovelas y las series. La cara oculta cautiva, además, por la precisión
de la trama; no hay subtramas ni desvíos para mostrar otras temáticas que alejen la atención
del espectador; la información es la indispensable para entender la historia; Adrian le
propone el viaje a Bogotá; Belén lo piensa en la terraza y le da la respuesta; no va a
consultar con su familia, no se desencadena un drama con la madre y los hermanos; lo
mismo sucede con la relación del policía y Fabiana, y el romance de Adrian con Verónica,
el cual es mostrado con sutileza; toda la información está milimétricamente medida, y esta
es otra de las tantas virtudes de La cara oculta.
NELSON RENDÓN GARRO. Licenciado en Español y Literatura y Magíster en Literatura
Colombiana, de la Universidad de Antioquia. Ha sido profesor en el Politécnico
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Colombiano “Jaime Isaza Cadavid”. Publicaciones: El acontecer de los arrieros, Los de
siempre, El relevo, Soñaba ser como Aristi, Un relámpago de viento.
i La cara oculta. Director: Andi Baiz. Colombia y España. 2012. 103 min.
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